Te resultará extraño leer esta carta, pues en estos tiempos que vivimos de tanto individualismo, egoísmo y falta de sensibilidad, apenas la gente se atreve a expresar lo que siente con las personas que más cerca tiene y mucho menos con aquellas con las que no tiene la suficiente confianza. Por eso, te pido disculpas de antemano si crees que abuso de tu confianza.
Reconozco que en estos momentos escribo con rabia, indignación pero también con cierta dosis de ternura y esperanza, aunque pueda resultar extraño o contradictorio. Escribo por el gran deseo que siento de comunicarme, de expresar mis sentimientos a todas las personas que cotidianamente han formado parte de mi rutina en estos meses que he vivido en nuestro club de futbol.
El motivo de esta carta no es otro que despedirme. Sí, despedirme de mis jugadores,mis entrenadores,los padres, las madres,los socios, los colaboradores,los directivos, de ti y de quien tienes al lado, de todos y de todas. Porque os debo muchos momentos buenos, porque me habeis enriquecido personalmente. Os doy las gracias por los simples “buenos días”, por los guiños de ojos, por estrecharme la mano, por ayudarme a entender el futbol o proporcionarme aquella información que necesitaba, por el intercambio de sonrisas, por compartir las mañanas, las tardes,las noches, las derrotas, las victorias y tantas pequeñas pero importantes cosas…Os doy las gracias por este mismo momento, por escribir, todos estos recuerdos que no se pagan con dinero. Para quienes no tuve la suerte de conocer, también les muestro mi agradecimiento, porque merecen mi más sincero respeto y admiración , porque todos y todas forman el corazón y el alma de este Club.
Me voy triste y muy decepcionado, con el corazón un poquito estrangulado. Siento que hemos hecho un trabajo modesto pero muy honesto y transparente. Un trabajo de hormiguita que no ha perseguido otro fin que apoyar a la juventud de este pueblo para que sean, ante todo, personas. Pero ahora entiendo que no todos y todas tenemos los mismos fines. Desde luego que no me arrepiento de haberme implicado tanto profesionalmente como afectivamente y reconozco que, a estas alturas, no sé como despedirme de todos vosotros que tanto me habeis aportado y que tanto hemos compartido.
Me voy, lo dejo, y sobretodo, pierdo una buena oportunidad de seguir creciendo y madurando entre vosotros. Detrás de mí, dejo todas mis ilusiones, el cariño y parte del camino recorrido y me voy con la esperanza de ver que, algún día, alguien se toma en serio el futbol en este pueblo. Os prometo que cuando llegue ese día, esbozaré la sonrisa más amplia que nadie haya visto nunca allá donde me encuentre.
Me marcho. Espero encontrarme con alguien en mi camino que todavía crea en utopías, en sueños difíciles de alcanzar, para ir avanzando juntos e ir logrando un mundo más justo, más solidario, dónde lo importante sean las personas y no los intereses.
Gracias de nuevo a ti, por dedicarme tu tiempo y espero, sinceramente, que nadie más tenga que escribir cartas de este tipo.
Gracias y hasta siempre.
Manuel Bernardino Peña